En cuanto comienza a sentirse el frío, de la frente a los pies, tu piel lo resiente; se empieza a secar y puede llegar hasta quebrarse y doler. Si eres de las personas que padece de piel sensible, considera que en esta época debes tomar otras medidas para ayudar a tu piel. Aquí, algunos consejos.

1- Continúa usando protector solar.

Recuerda que los rayos del sol impactan con radiación aunque el día esté nublado. No dejes de usar el protector recomendado aunque no alcances a ver el sol y sobre todo si estás en la nieve.

2- Mantener la hidratación.

En esta época pasarás mucho tiempo en ambientes calefaccionados, tanto en casa, como la oficina, el carro y hasta las tiendas. Ese clima artificial reseca la piel y las mucosas, por lo que te recomendamos tomar mucha agua y usar tus cremas humectantes, sobre todo en las manos y el rostro.

3- Considerar tratamientos profesionales para la piel.

Si bien los cuidados preventivos son de gran ayuda, los tratamientos personalizados mantienen a la piel saludable y limpia en profundidad, para una elasticidad y humedad naturales fáciles de mantener. Entre algunos de los tratamientos especiales y personalizados, la Dra. Silvia Cabrera recomienda su más reciente incorporación.

Neauvia Hidratante es un ácido hialurónico más otras sustancias que además de hidratar profundamente tienen un efecto estimulador para la producción de colágeno. Se aplica por medio de una pequeña cánula que no provoca traumas ni moretones. Será el «tratamiento de invierno» en la clínica para cara, cuello, escote y dorso de las manos este diciembre y enero.

4- Hidratación de los labios.

Los labios son los primeros en sufrir la falta de hidratación. Al humectarnos con saliva, sentimos un alivio temporal, pero provocamos el efecto contrario, porque la permanente fricción con la lengua irrita los labios hasta causar dermatitis. Lo ideal es contar con un hidratante natural tipo bálsamo de aceite o crema. 

5- Baños no tan calientes.

Con el frío se antoja pasar largo rato en la regadera caliente, pero lo recomendable es hacerlo a temperatura media y solo por un par de minutos utilizando un jabón humectante para evitar la exfoliación de la protección natural de la piel. Abrígate con ropa de algodón no tan ajustada que le permita respirar a tu piel y evita el viento frío intenso en el rostro.