¿Responsabilidad o exageración ante el COVID?

Unas semanas antes de que se decidiera el aislamiento tomé la resolución de cerrar las puertas de la clínica. Me preocupaba la situación que ya conocía por la cercanía con amigos de Europa. A diario veía la información en los múltiples chats y foros. He estado al pendiente de actualizaciones de tipo médico a través de webinars; pendiente de medidas que han tomado los responsables de protección, y no solo aquellas que se han gritado a los cuatro vientos. También sobre el uso de medicamentos y suplementos. Creo que estoy debidamente informada.
Desde hace ya varias semanas, tanto mi esposo Carlos, con su empresa, como yo, asumimos que la gente que trabaja con nosotros debía permanecer en casa. Asumimos los costos —económicos, por supuesto—, pero sabemos que tiene que ser así.
Decidí respetar las indicaciones de las autoridades y solo atender situaciones que son catalogadas como esenciales. Por lo tanto, los tratamientos que no son indispensables se han postergado.
Debidamente asesorada por una abogada, he tomado todos las precauciones. He cargado con los costos, insisto.
No obstante, hoy supe que alguna clínica aquí en Tijuana, y no dudo que más que hacen estética, no han parado de laborar. De alguna forma sentí el comentario como un reclamo a mi exagerada decisión de cerrar esta cuarentena.
Durante este día, en que me ha tocado hacer limpieza de casa, he pensado: ¡por supuesto que no puedo permitir que quien me ayuda con la limpieza tome un autobús y se infecte! A como están las cosas, seguro que irá a dar a un hospital y las probabilidades de que le vaya bien son menos.
Pienso en las sabias palabras de mi madre, quien bajo ninguna circunstancia ponía el aspecto económico por encima de los valores más importantes ¡y eso, que en casa muchas veces faltó de todo!
Hoy que he sabido que murió muchísima gente, que se rebasaron las cifras, me siento tranquila por haber cerrado; ¡jamás pondría a mi gente en riesgo, por ningún dinero del mundo! ¿A quién le puede urgir quitarse unas arrugas?
Si té eres mi paciente, te pido me disculpes; he tenido que irme por el lado del deber y del respeto a las normas. No critico a quien no las respeta; son muy sus desiciones, cada quien tiene sus escalas de valores. No busco el reconocimiento; se hace lo que se debe de hacer.